lunes, 28 de marzo de 2011

LA CONSEJERÍA Y LOS DONES ESPIRITUALES Parte III

Su importancia en la consejería (Tercera parte)

CONOCIMIENTO El conocimiento es fundamental en la predicación, la enseñanza y la consejería. Es la habilidad dada por Dios para entender los misterios de la Palabra revelada por El (Ro.16.25; Ef.3.3; Col.1.26, 2.2, 4.3). Asimismo abarca la habilidad de explicar tal conocimiento de modo que otros puedan también entenderlo. Es una habilidad espiritual para ver verdades bíblicas y doctrinales de una manera coherente y significativa.

ADMINISTRACIÓN Es el don de liderar (Ro.12.8; 1 Co.12.28). Del griego proistemi, «liderar», «dirigir», «estar a cargo», «atender» y kubernesis, «dirigir o pilotear un barco». El don de administración es sumamente útil en un consejero: ayuda a los aconsejados a ordenar sus vidas para que glorifiquen a Dios. 

MISERICORDIA Quienes están dotados de este don sienten un amor y una sensibilidad especial por aquellos en miseria: sea pobreza, enfermedades o en pecado declarado. El Señor es el ejemplo supremo de alguien que mostró misericordia (Lc.4.18). Sin el don espiritual de la misericordia, el consejo es con frecuencia frío y clínico. 

IGLESIAS SANAS ENGENDRAN RELACIONES QUE CONDUCEN AL CRECIMIENTO ESPIRITUAL Y LA BUENA SALUD EMOCIONAL… PORQUE, COMO CREYENTES SIRVIENDO CON SUS DONES MUTUAMENTE, MUCHA DE LA LABOR DE CONSEJERÍA TIENE LUGAR EN INTERACCIÓN QUE BROTA NATURALMENTE DE LA COMUNIÓN. _____________________________________

 Tercera parte de tres: Resumen del tema Los dones espirituales y la consejería bíblica, del libro Consejería Bíblica. John MacArthur. Editorial Grupo Nelson


lunes, 21 de marzo de 2011

CONSEJERÍA Y LOS DONES ESPIRITUALES Parte II

Su importancia en la consejería
(Segunda parte)

ENSEÑANZA Del griego didasko, «enseñar», encierra la idea de enseñanza o instrucción sistemática. Lo que caracterizó al ministerio de nuestro Señor fue su énfasis en la enseñanza (Mt.7.28-29). Un fuerte énfasis sobre la enseñanza caracterizó también al ministerio de los apóstoles. Hch.2.42, 15.35, 18.11, 20.20; Col. 1.28. El don de enseñanza es requisito para ser anciano, 1 Ti.3.2; T.1.9. No todos los ancianos están llamados a proclamar la Palabra públicamente; sin embargo todos deben ser capaces de enseñarla sistemáticamente a aquellos a los cuales deben atender. 

 EXHORTACIÓN Mientras la profecía proclama las verdades bíblicas y la enseñanza las sistematiza, la exhortación demanda una respuesta adecuada a aquellas. Es uno de los dones (Ro.12.8). Del griego paraklesis, exhortación, alentar, aconsejar, confrontar. Su relación con el ministerio de aconsejar resulta obvia. Exhortar es desafiar a hermanos en la fe a actuar en concordancia con la voluntad de Dios (1 Ts.5.14). Quienes poseen el don de exhortación son consejeros invalorables; y son con frecuencia la columna vertebral del ministerio de consejería en una iglesia local. 

SABIDURÍA El don de sabiduría, 2 Co.12.8, es la facultad de entender cómo usar las verdades de las Escrituras aplicadas a los aspectos prácticos del diario vivir. Del griego sofía, sabiduría, es usada con frecuencia en el N.T. para describir la habilidad de discernir y conformarse a la voluntad de Dios. (Mt.11.19, 13.54; Stg.1.5, 3.13-17). Consejo sabio es lo que el aconsejado necesita y el don de sabiduría es lo que capacita al consejero para proveerlo (Pr.1.5, 12.15, 19.20). ___________________________________ 

 Segunda parte de tres: Resumen del tema Los dones espirituales y la consejería bíblica, del libro Consejería Bíblica. John MacArthur. Editorial Grupo Nelson.


martes, 15 de marzo de 2011

CONSEJERÍA Y LOS DONES ESPIRITUALES Parte I

Su importancia en la consejería (Primera parte) Hace unos días al terminar de impartir, mi esposa y yo, la materia Perspectiva Médica de la Consejería a un grupo de pastores y líderes, (Weslaco, Tx.), les hacia énfasis acerca de la necesidad de profundizar más en el estudio y de mantener una capacitación continua con respecto al ministerio de la consejería bíblica. El presente tema ha de dar más luz a todos aquellos interesados en conocer más acerca de este ministerio. ________________________________ 

 •De una manera precisa y comprensible, John MacArthur dice que la consejería es una función de comunión. Desde esa perspectiva la consejería es un medio importante a través del cual los miembros del cuerpo se ayudan mutuamente (Ef. 4.15-16; 1 Ts. 5.14). De acuerdo a esta base escritural, encontramos una verdad en la Biblia: se espera que los creyentes se aconsejen mutuamente. 

Con tal fundamento, todo creyente es mandado a participar en el ministerio de exhortar, amonestar y alentar a otros en el rebaño (Ga.6.1-6). Pablo menciona un proceso de tres pasos para restaurar la salud espiritual del miembro que haya pecado: levantarlo, sostenerlo y edificarlo (Ro.15.1). 

Por lo tanto, si todos los creyentes son responsables de aconsejarse mutuamente, entonces todos deben poseer dones para hacerlo en alguna medida. Pablo lo confirma (Ro.15.14). No olvidemos que el propósito principal de los dones espirituales es ministrar a la iglesia misma (1 Co.12.5-7). 

Pero, ¿cuáles dones forman parte del ministerio de consejería? De manera muy importante deseo resaltar uno de ellos: el don de profecía. PROFECÍA Del griego propheteuo, «hablar hacia» o «proclamar», y se refiere a la proclamación pública de las Escrituras. 

En el A.T. la tarea de un profeta era la recepción y proclamación de una nueva revelación. Actualmente, profeta es todo aquel cuyo don es proclamar la verdad con autoridad o predicar. De modo que un profeta, particularmente en la edad presente, es simplemente alguien que proclama las verdades bíblicas y no alguien que recibe revelación directa de Dios, 1 P. 4.11 y 1 Co.14.3-4, «Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación… el que profetiza edifica a la iglesia». 

Y todo esto son aspectos básicos de la consejería bíblica (1 Co.14.1; 2 Ti.4.1-5). Con toda certeza, dice John MacArthur: «Un pastor que ejerce fielmente su oficio de profeta está actuando como consejero de toda la congregación. El ministerio de consejería comienza en el púlpito y de allí se extiende a todos los niveles del quehacer de la iglesia». 

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Primera parte de tres: Resumen del tema Los dones espirituales y la consejería bíblica, del libro: Consejería Bíblica. John MacArthur. Editorial Grupo Nelson.


sábado, 12 de marzo de 2011

CONSEJERÍA: MALA COMUNICACIÓN EN LA PAREJA

Sus efectos en la comunicación de la pareja
 
La problemática en las relaciones familiares surge inicialmente de un mal manejo en la comunicación intrafamiliar. Y sin lugar a dudas, lo que antecede a esto es la falta de interés, la indiferencia ante la idea de construir un entorno familiar que involucre la participación colectiva de sus integrantes. Comúnmente este tema queda fuera de perspectiva en la mayoría de las parejas que inician un matrimonio. 

Antes de continuar, permítanme aclarar lo siguiente (y que antaño no era necesario hacer): 
Definición de "matrimonio"
Entiéndase por matrimonio la unión legal entre un hombre y una mujer. Aclaración, ha lugar, por propia definición pues la raíz etimológica del vocablo griego para matrimonio nos comparte precisamente la idea de dar o proveer “la protección legal a la mujer que es madre”. (Así que, partiendo de esa definición, bien harían los encargados de dar su aprobación para la legalización del matrimonio, entre personas de ambos sexos, en repensar lo fallido de su intento legal).

La mala comunicación
Bien, las causas principales de una mala comunicación intrafamiliar suelen ser el egoísmo, la indolencia y el desamor que se van manifestando a lo largo de la relación conyugal y que luego se transmite a los demás miembros de la familia. Factores que la mayoría de las veces pasan desapercibidos hasta que uno de los cónyuges comienza a tener noción de lo que sucede y asume el papel de víctima en la relación. 

 En la mujer, los efectos de la mala comunicación tienen que ver con la actitud y conductas micromachistas manifestadas por el varón durante un periodo de tiempo considerable. 

Micromachismo
El patrón micromachista muchas veces se forja en la antesala matrimonial, el noviazgo, donde se pasa por alto ante la expectativa de un cambio “positivo” que se haga manifiesto, y a razón inmediata, en el nuevo estatus de esa relación: el matrimonio. Esto no sucede así, y puesto que la mujer afectada sucumbe ante lo que requiere iniciar ahora como su sueño hecho realidad, tiende a dejar pasar desapercibido la actitud y conductas nocivas y manifiestas en el rol masculino en este nuevo proyecto conyugal. 

Ejemplos
Uno de los ejemplos más comunes de micromachismos es el mantener el control de las finanzas hasta en lo más elemental, permitiendo a la mujer no desarrollar su papel en el asunto administrativo de la economía familiar; aun si ella misma es capaz de aportar con sus propias finanzas al devengar un salario. 

 Otro factor común es la actitud micromachista del cónyuge al prohibir a la esposa prepararse académicamente y obligándola a permanecer en el hogar, pues, «es lo mejor que puede y debe hacer para el bienestar de la familia». Dicha actitud va de la mano con el hecho de no permitir a la mujer el obtener un empleo sustentable, y que sería de gran ayuda para el bienestar y progreso ante las necesidades del hogar.