martes, 10 de julio de 2012

CONSEJERÍA PARA CRISTIANOS


Por falta de intimidad

La causa de que muchos creyentes se sienten debilitados y decepcionados de la vida cristiana, -y por consecuencia, decepcionados de sus propias vidas, decepcionados de sus trabajos, de sus matrimonios, de sus relaciones- ,  no es otra cosa más que falta de intimidad con Dios. Y lo que sucede es que el creyente no se da cuenta cómo poco a poco el camino que está tomando le está apartando de Dios, porque ya no procura estar en intimidad con Dios.

“El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable.” Pr.28.9

Cuando se aparta el oído, se deja de escuchar. En el caso de la oración, apartar el oído da como resultado alejarnos de esa intimidad con Dios. Significa dejar de escuchar la voz de Dios. La oración es intimidad con Dios, igual como es la comunicación en la relación matrimonial.

En el matrimonio esa plática en la intimidad permite que los dos lleguen a conocerse de manera más profunda, además de la relación conyugal, en otros niveles de privacidad o de manera reservada que solo compete a ellos dos.

La palabra “intimidad” nos da idea de que lo que hacemos es con carácter privado o reservado.

intimidad - Carácter privado o reservado.
La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto. Salmos 25:14

Dijimos que el creyente no se da cuenta como poco a poco el camino que está tomando le está apartando de Dios, porque ya no procura estar en intimidad con Dios. ¿Qué procura entonces?, procura otras cosas, aparta el oído, hay influencia de los enemigos, y no hay una visión clara de la vida (desde la correspondiente perspectiva de Dios).

¿Qué es lo que nos hace como creyentes apartar el oído? Por un lado, los enemigos internos (los propios) y por otro lado los enemigos externos (los de afuera):

Enemigos internos de la intimidad:
·         Egoísmo (el procurar otras cosas: mis cosas. Nadie entra ahí…)
·         Falta de límites (hago lo que quiero, cuando quiero y como quiero…)
·         Falta de compromiso-responsabilidad (no hay una visión…)
·         Desapego del orden bíblico (“…apartar el oído para no  r la ley”. Salmo 28:9)
·         Conformismo (pasividad…)
·         Falta de demostración de amor (el sacrificio, el poner la otra mejilla…)
·         Falta de prioridades (qué es primero…)

Enemigos externos de la intimidad: 1 Juan 2:16
·         Los medios de comunicación (su perniciosa influencia que esclaviza, una vida virtual que no es real, el “texting”, con riesgo hasta de muerte, suicidio… ¡en vivo!)
·         Amistades-Relaciones peligrosas (que influyen con una visión distorsionada…)
·         Exceso de trabajo (falta de tiempo con la familia… por la adicción…)
·         Presiones sociales (no saber decir que no… la presión de los amigos…)
·         Una doble moral (el atractivo del mundo… permisivismo… “si otros lo hacen…”)

El resultado
Estos enemigos internos y externos inciden hasta lograr deshacer esa intimidad con Dios. Por consecuencia, nos evitan el consagrar nuestra vida a Dios y, por supuesto caminar en santidad. Lo que significa que nuestra fidelidad a Dios se quebranta. Y así, somos debilitados, nos decepcionamos de la vida, de todo. Nada nos motiva, pues hemos perdido intimidad con Dios.

Conviene un análisis personal a partir de los siguientes cuestionamientos: ¿En qué caminos andas…? ¿Con quién andas…? ¿Qué tan fiel eres… a Dios, y a ti mismo…? ¿Cuánto le amas…? ¿Cuáles son tus prioridades acerca de las influencias externas…? ¿Qué tanto influyen en ti…?