domingo, 12 de febrero de 2012

CONSEJERÍA AL ENFERMO TERMINAL

El doctor Viktor E. Frankl, psiquiatra y escritor nacido en Viena (1905-1997), solía preguntar a sus pacientes aquejados de múltiples padecimientos, más o menos importantes: “¿Por qué no se suicida usted?”. Y muchas veces, de las respuestas extraía una orientación para la psicoterapia a aplicar: a éste, lo que le ata a la vida son los hijos; al otro, un talento, una habilidad sin explotar; a un tercero, quizás, solo unos cuantos recuerdos que merece la pena rescatar del olvido. 

Se puede decir que esa era la versión original del doctor Frankl del moderno análisis existencial -logoterapia-.(Prefacio de Gordon W. Allport al libro El hombre en busca de sentido de Viktor Frankl)

Una actitud para la vida
Al analizar las respuestas dadas al doctor Frankl, encontramos que son respuestas nacidas de una esperanza, comprobando con ello que para el ser humano, la esperanza, es una actitud de vida. Sea que se encuentre sufriendo algún padecimiento, o pase por la experiencia más atroz de su vida, o si está en su lecho de muerte, la esperanza le sostiene. Decía el doctor Frankl: “Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: la última de las libertades humanas –la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino-.” A esto bien se le podría llamar una teoría de la esperanza, lo cual indica que el ser humano posee una espiritualidad.

La necesidad espiritual
El consejero-tanatólogo ha de cumplir mejor su función cuando puede entender que la naturaleza humana posee una espiritualidad y que es expresada en esa forma de comunicación íntima que se desarrolla en la práctica de una devoción personal con su creador. La gran mayoría de los seres humanos al encontrarse en el proceso final de su vida -sobre todo el enfermo terminal- hacen resurgir desde lo profundo de su ser la necesidad espiritual de ser aceptados por su hacedor.

Una muerte digna
En el enfermo terminal –creyente-, su esperanza se traduce en una esperanza de vida eterna y se basa en la victoria sobre su último enemigo, que es la muerte según la enseñanza de San Pablo: “Sorbida es la muerte en victoria…” (1 Co.15.26). Es en ese proceso de reencuentro con su creador donde el consejero-tanatólogo le guía, tanto a él como a sus familiares, en la aceptación de su fin final en esta tierra y a enfrentar la muerte con dignidad.

"La Muerte es la compañera del amor, la que abre la puerta y nos permite llegar a Aquel que amamos". San Agustín

"La Vida se nos ha dado para buscar a Dios, la muerte para encontrarlo, la eternidad para poseerlo". P. Novet

Libros recomendados:
Fundamentos de Tanatología. Luis Alfonso Reyes Zubiría. México
El hombre en busca de sentido. Viktor E. Frankl. Ed. Herder. España.

miércoles, 8 de febrero de 2012

CONSEJERÍA PRENUPCIAL


Requisito obligado

Sucede que a este aspecto de la consejería no se le da mucha importancia. En su gran mayoría, ni los líderes de jóvenes ni los pastores ven la importancia de educar a los adolescentes en esa fase de su crecimiento y desarrollo como personas. Los padres comienzan a angustiarse cuando los adolescentes y las adolescentes les llegan con la noticia de que ya tienen novio(a) o que piensan involucrarse en una relación más que amigos. Y su angustia se debe a que la mayoría de las veces, ellos, los padres no se encuentran preparados para guiar a sus hijos acerca de temas sobre las relaciones, la educación, la sexualidad, el matrimonio, etc. Temas por demás importante en el desarrollo integral de los hijos(as).

Por supuesto, los padres –la mayoría- esperan que la iglesia sea la que se encargue de educar a sus hijos e hijas en esas áreas en las que ellos se sienten incapacitados para proveer la información adecuada. Información vital, pues de la formación que hoy se dé a los hijos(as) depende su desarrollo y comportamiento como adultos, en el futuro. Entonces, como padres, ¿qué estamos haciendo ”hoy” para preparar a nuestros hijos(as) para el “mañana”? Como guías espirituales de adolescentes y jóvenes, ¿qué estamos haciendo para proveer la información adecuada para su desarrollo como personas?

Aun, los jóvenes casaderos desconocen que el matrimonio tiene una meta, que al fin de cuentas es la determinante para lograr el éxito de la vida matrimonial. Veamos: el propósito en el matrimonio, para la mujer, no es llenar las propias expectativas de tener un esposo, por ejemplo, que se haga responsable de «todas mis “necesidades” (caprichos) como mujer», pues ella es la “reina”; y por otro lado, el hombre, pensará quizás, en lograr sus expectativas propias y egoístas (machismo) de independencia y de poder, al tener finalmente a «la mujer que le ha de cumplir todos sus deseos», pues él es el “rey”. Por supuesto, esas y otras semejantes formas equivocadas de pensar, no conforman el verdadero propósito del matrimonio.

Por lo tanto, si la pareja desconoce cuál es la verdadera meta del matrimonio, surge la pregunta: ¿para qué se casan?

Debemos hacer ver a los adolescentes y jóvenes que la meta final del matrimonio es: la realización del cónyuge. Esto es, el esposo apoyando en todo lo posible a su esposa para que se realice como persona, y viceversa.

Pero, claro, quizás alguien puede decir, “es que, la meta de cada matrimonio es glorificar a Dios”. Pues no, ya que esa es la meta de todo creyente; y por ello cada uno en el matrimonio, de forma individual, ha de buscar que Dios sea glorificado en su vida.

Consideremos lo siguiente: por un lado, la pareja de esposos debe cuidar que su matrimonio progrese, madure y sea estable, y todo eso se ha de lograr si Dios es prioridad en sus vidas; pero por otro lado, el uno ha de procurar al otro para que éste logre su realización como persona, y eso implica el esfuerzo de cada uno enfocados en una misma META: la realización del cónyuge.
________________________________________

contacto e-mail: consejeriafe@aol.com
twitter: @consejeriafam
________________________________________