Por falta de intimidad
La causa de que muchos creyentes se sienten debilitados y
decepcionados de la vida cristiana, -y por consecuencia, decepcionados de sus
propias vidas, decepcionados de sus trabajos, de sus matrimonios, de sus
relaciones- , no es otra cosa más que falta
de intimidad con Dios. Y lo que sucede es que el creyente no se da
cuenta cómo poco a poco el camino que está tomando le está apartando de Dios,
porque ya no procura estar en intimidad con Dios.
“El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es
abominable.” Pr.28.9
Cuando se aparta el oído, se deja de escuchar. En el caso de la
oración, apartar el oído da como resultado alejarnos de esa intimidad con Dios.
Significa dejar de escuchar la voz de Dios. La oración es intimidad con Dios, igual
como es la comunicación en la relación matrimonial.
En el matrimonio esa plática en la intimidad permite que los dos
lleguen a conocerse de manera más profunda, además de la relación conyugal, en
otros niveles de privacidad o de manera reservada que solo compete a ellos dos.
La palabra “intimidad” nos da idea de que lo que hacemos es con
carácter privado o reservado.
intimidad - Carácter privado o reservado.
La comunión íntima de Jehová es
con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto. Salmos 25:14
Dijimos que el creyente no se da cuenta como poco a poco el
camino que está tomando le está apartando de Dios, porque ya no procura estar
en intimidad con Dios. ¿Qué procura entonces?, procura otras cosas, aparta el
oído, hay influencia de los enemigos, y no hay una visión clara de la vida
(desde la correspondiente perspectiva de Dios).
¿Qué es lo que nos hace como creyentes apartar el oído? Por un lado, los enemigos internos (los propios) y
por otro lado los enemigos externos (los de afuera):
Enemigos internos de
la intimidad:
·
Egoísmo (el procurar otras cosas: mis cosas. Nadie entra ahí…)
·
Falta de límites (hago lo que quiero, cuando quiero y como
quiero…)
·
Falta de compromiso-responsabilidad (no hay una visión…)
·
Desapego del orden bíblico (“…apartar
el oído para no oír la ley”. Salmo 28:9)
·
Conformismo (pasividad…)
·
Falta de demostración de amor (el sacrificio, el poner la otra
mejilla…)
·
Falta de prioridades (qué es primero…)
Enemigos externos de
la intimidad: 1 Juan 2:16
·
Los medios de comunicación (su perniciosa influencia que esclaviza,
una vida virtual que no es real, el “texting”, con riesgo hasta de muerte,
suicidio… ¡en vivo!)
·
Amistades-Relaciones peligrosas (que influyen con una visión
distorsionada…)
·
Exceso de trabajo (falta de tiempo con la familia… por la
adicción…)
·
Presiones sociales (no saber decir que no… la presión de los
amigos…)
·
Una doble moral (el atractivo del mundo… permisivismo… “si otros lo hacen…”)
El resultado
Estos enemigos internos y
externos inciden hasta lograr deshacer esa intimidad con Dios. Por
consecuencia, nos evitan el consagrar nuestra vida a Dios y, por supuesto
caminar en santidad. Lo que significa que nuestra fidelidad a Dios se
quebranta. Y así, somos debilitados, nos decepcionamos de la vida, de todo.
Nada nos motiva, pues hemos perdido intimidad con Dios.
Conviene un análisis personal a partir de los siguientes
cuestionamientos: ¿En qué caminos andas…? ¿Con quién andas…? ¿Qué tan fiel eres…
a Dios, y a ti mismo…? ¿Cuánto le amas…? ¿Cuáles son tus prioridades acerca de
las influencias externas…? ¿Qué tanto influyen en ti…?