NOSOTROS
Nosotros, los que hemos acumulado los años paso a paso, somos el mismo
corazón que descubrió la vida desde los tiempos previos de nuestra juventud.
Somos los que llevamos cargado el corazón de sueños procreados con el elíxir de la pasión primera, y aún no desmayamos.
Nosotros, seguimos inventando fantasías de grandezas, esperando realizar
el sueño que motiva
nuestra vida, la razón de existir; y la consabida presencia del sentir que
nunca viaja solo sino tomado de la mano del ser amado nuestro.
Nosotros, logramos hallar sentido a nuestras vidas. Que no
se puede saborear la misma vida si no encuentras con quien compartir las
alegrías, los miedos, las ilusiones, las penosas frustraciones, y el amor que
sustituye todo el sentir negativo de la vida para abrazar al ser que decidiste
amar.
Nosotros, queremos que el mundo se transforme con actos
responsables, con actitudes férreas para lograr los tiempos del mañana, donde ellos,
nuestros hijos, emprendan la carrera trotando libres y autónomos, inventando sus
sueños y rescatando dolores y amarguras sin errores fallidos ni las guerras
cansinas que el hombre malo inventa.
Nosotros, tomamos de la mano la esperanza para vencer a la
desesperanza y darle vigor a nuestro espíritu. No tememos la muerte, esta es la
que marca nuestro paso en la vida y nos conduce al cielo donde aspiramos la paz
tan esperada.
Nosotros, mantenemos la fe en quien sabe extender la mano y
rescatar las vidas suprimidas por el error humano. Nuestra fe en Dios permanece
firme, y hasta el último aliento, para extender la mirada en otro plano de la vida, la
verdadera vida; la otra vida que desde ya disfrutamos poseer.
Nosotros, hemos entresacado lo mejor de la vida para plasmar
en nuestros hijos y nietos, la fe que traslada los montes, la mejor actitud, el
mejor pensamiento y el más grande anhelo: amar al prójimo, para imitar a Aquel que nos amó primero.
J. Constantino T.