Inmerso en una sociedad cuyo énfasis de anti-valores lo arrastra sin poder escapar, tal es la situación del hombre actual.
Hay una cadena de conflictos –internos y externos- que le agobian ante la imposibilidad de cumplir sus responsabilidades básicas que le demanda el mundo inmediato al cual se suscribe: familia, trabajo y sociedad.
Una Utopía
El hombre que pregonó el amor y la paz (“peace and love” como símbolo de toda esa generación) no pudo ver su sueño hecho realidad. En 1971, él imaginaba el mundo a su manera plasmándolo en su canción Imagine, que no deja de ser un bello poema utópico. Así cantaba John Lennon:
- Imagina -
Imagina que no hay cielo,
Es fácil si lo intentas,
Que no hay infierno debajo de nosotros,
Sobre nosotros, solo el firmamento.
Imagina a toda la gente
Disfrutando el ahora…
Imagina que no hay países,
No es difícil de hacer,
Nada por qué matar o morir,
Y que no hay religión.
Imagina a toda la gente
Disfrutando la vida en paz…
Puedes decir que soy un soñador,
Pero no soy el único,
Espero que un día te nos unas
Y el mundo será como uno.
Imagina que no hay posesiones,
Me pregunto si lo puedes imaginar,
Sin necesidad de codicia y hambre
Una fraternidad del hombre.
Imagina a toda la gente
Compartiendo todo el mundo…
(John
Lennon. 1971. Derechos reservados Bag Productions Inc.)
Una
sociedad en decadencia
Imaginar todo eso puede llenarnos de sensaciones muy agradables; pero
no basta solo imaginar. El hombre ha de recorrer un “largo y sinuoso camino”
para sobrevivir a la realidad de esta humanidad, en una sociedad donde los
valores están cada vez más ausentes, y la falta de amor impide mejorar las
relaciones en todos los niveles de nuestro desarrollo.
Vivimos en un desequilibrio social...
Situación del hombre actual:
- matrimonios fracasados
- madres y padres solteros
- hijos abandonados
- adulterio
- fornicación aceptada entre adolescentes (tan enfatizada en todos los medios de entretenimiento)
- mujeres maltratadas, violentadas, subestimadas
- machismo (y micromachismo)
- la crisis ocupacional
- empresas fracasadas
- la desigualdad en todos los aspectos sociales
- el mercantilismo
- enfermedad incurable
- la baja autoestima
- la crisis de identidad
- la soledad
- los trastornos emocionales (ansiedad, estrés, depresión...)
- el suicidio (según la OMS, uno cada 40 segundos)
- crímenes
- adicciones
- el extremo de la autocomplacencia (el placer por el placer, según los hedonistas, ahora con su gran difusión en la red)
Y a pesar de todo eso, tener que sobrellevar la vida en medio de una pandemia y todo lo que se derive de ella. Las diversas circunstancias terminan por llevar a la persona a una situación de derrota cuando no sabe, no puede, o no quiere enfrentar el conflicto desde sus inicios.
Todo esto y más marca la pauta de nuestra sociedad. La humanidad vive en un tiempo y una época que está lleno de muchos temores y fracasos.
Rescatemos los valores:
- amor
- respeto
- generosidad
- honor
- responsabilidad
- humildad
- trabajo
- laboriosidad
- aprender
- disciplina
- superación
- honestidad
- libertad
- espiritualidad
- cortesía
- amistad
- empatía
- fidelidad
- tolerancia
- obediencia
- valentía
- bondad
- equidad
- paciencia
- puntualidad
- fortaleza
- fe
- autodominio
- perseverancia
- mansedumbre
- altruismo
- discernimiento
- sobriedad
- justicia
- solidaridad
- voluntad
- magnanimidad
- lealtad
- compasión
- verdad
- comprensión
- colaboración
Sabiduría para el día de hoy
¡Qué grato es saber que contamos con un Padre amoroso que se preocupa por nosotros y nos da su protección! Cada día tenemos la oportunidad que nos da Dios, de ser “más que vencedores…” Ro. 8:37, y hasta que no nos atrevamos a confiar en esta promesa nunca podremos comprobar el poder de Dios, ni la veracidad de su Palabra (Sheets, Dutch. 2003).
Eso es lo único que nos ayuda a avanzar en medio de esa maraña de vanidades, frustraciones y sinsabores que nos ofrece la vida alejada de Dios.