sábado, 29 de enero de 2011

LA CONSEJERÍA Y LAS EMOCIONES












Debemos controlarlas 

 El tema de las emociones siempre es interesante estudiarlo pues aprendemos mucho de lo que es la naturaleza humana, y eso nos ayuda a conocernos más a nosotros mismos, así como a los demás. No hay nada de malo en experimentar en determinado momento cualquier emoción, pero lo importante es no dejar que las emociones nos controlen. 

Una de las definiciones para la palabra “emociones”, es “alejarse”. Por lo cual podemos entender que precisamente las emociones intentan lograr que las sigamos a ellas, y así alejarnos de la voluntad de Dios. Lo cual es el plan de Satanás. Al tomar conocimiento del tipo de personalidad que somos, podemos saber cómo reaccionamos ante las emociones. Así, por medio del Espíritu Santo podemos dominar aquellas debilidades, y podemos ser personas equilibradas que no pueden ser dominadas por Satanás. Pero, esto no es fácil y se requiere tiempo para aprender a manejar las emociones descontroladas. De las más comunes: el enojo, la culpa, y el sentimiento de inferioridad; las cuales no nos permiten avanzar si nos quedamos estancados en ellas. 

 Algo importante en nuestra vida es que debemos sanar las heridas del pasado. Esto solo se logra confiando en la justicia de Dios, pues muchas veces las heridas del pasado son la causa del conflicto actual que se vive. Solamente confiando en Dios, en la promesa de bendición que ha dado a los que esperan en El, podemos lograr sanar cualquier maltrato, injusticia o herida del pasado. Esto, sin dejarnos convencer con otros métodos que no son los de Dios, como la meditación transcendental, o progresiones retroactivas, ni ningun método de control mental. 

 Algo importante sobre la autoestima es que solamente podemos edificar nuestra autoestima si tomamos en cuenta la manera en que Dios nos ve, no como nos vemos nosotros, ni como las demás personas nos ven. Y solamente el Espíritu Santo puede ayudarnos a sanar las heridas, pues solamente El nos conoce realmente en nuestro interior. Dejemos de sentir lástima por nosotros mismos, y aprovechemos el tiempo para disfrutar los días que Dios nos da, dejando de preocuparnos por las cosas que no podemos cambiar. 

Si estamos decididos a desarrollar una madurez espiritual debemos evitar los altibajos emocionales. Así mismo, sobreponernos con la ayuda del Espíritu Santo, a la depresión que viene al desilusionarnos o desanimarnos por algunas circunstancias que lleguen a afectarnos en la vida. La Victoria para el control de las emociones es depender totalmente de Dios, evitando la codependencia de las cosas y las personas. 

La gente necesita saber que Dios, por medio de su Espíritu Santo, conforta nuestra alma y hace posible la restauración del daño emocional que se experimenta en las diferentes etapas de nuestra vida.

Resumen del libro CONTROLANDO SUS EMOCIONES de Joyce Meyer. Ed. Casa Creación.
 ________________________________