Cuán valiosa es la presencia de la figura paterna durante el desarrollo y crecimiento de los hijos. Al estudiar el tema acerca de la crianza de los hijos, podemos aprender que nadie más es responsable sino los padres en la formación, instrucción y desarrollo de los hijos hacia su madurez en todos los aspectos.
De manera importante no se debe descuidar las áreas psicológica y espiritual. ¿Por qué resalto esto? Por la razón de que una gran mayoría de los hombres casados solo cumplen con proveer financieramente para el hogar, pero sin un interés por comprometerse en asumir una paternidad responsable.
Irresponsabilidad y sus efectos
Y es que eso de la paternidad responsable implica suplir no solamente los requerimientos básicos sustentables, sino atender también psicológica, espiritual y emocionalmente las necesidades de los hijos. Por un lado, la irresponsabilidad de los padres, y por otro, la violencia intrafamiliar, son las dos causas importantes que están destruyendo los hogares. Sus efectos son devastadores para la familia y de gran repercusión en la vida futura de los afectados porque sus huellas quedan presentes a lo largo de su existencia.
El consejo de Pablo, implica de manera pertinente la responsabilidad de la crianza de los hijos por parte de los padres, pero existe un aspecto importante a considerar en el mismo versículo: « Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos...». Curiosamente, antes de educarlos debemos de cuidar no provocarlos a ira… ¿Qué entraña esto, qué implica para los padres tal advertencia, por qué la priorización del consejo?
Un comentario necesario
Al leer el comentario adaptado del libro Fortaleciendo el matrimonio, de Wayne Mack, Ediciones Hebrón (Desarrollo Cristiano) encontramos algo muy interesante al respecto de Efesios 6.4. A continuación les transcribo parte del comentario:
La Biblia al Día nos ofrece una paráfrasis de este versículo que señala claramente su significado. Dice: «Y en cuanto a ustedes, padres, no estén siempre regañando y castigando a sus hijos, con lo cual pueden provocar en ellos ira y resentimientos».
Observemos la palabra resentimientos. Lo que debemos evitar es exasperar a nuestros hijos al punto de producir en ellos un resentimiento profundo y duradero.
En Colosenses 3.21 encontramos una referencia brillante con respecto a esa frase. La Biblia Amplificada (traducción libre) dice: «Padres, no provoquen ni irriten ni molesten a sus hijos, no sean duros con ellos ni los hostiguen, no sea que se desanimen o pongan groseros y de mal humor, y se sientan inferiores o frustrados; o se vuelvan infelices».
El mismo versículo en la Nueva Biblia Española dice así: «Padres, no exasperen a sus hijos, para que no se depriman», y la versión Dios Habla Hoy lo traduce: «para que no se desanimen». En el griego la palabra que se traduce «depriman», «desanimen», o «vuelvan infelices» significa literalmente: «dejar de soplar el viento sobre las velas de un barco». Dios está diciendo: «No formen a sus hijos de tal modo que les quiten toda fuerza o iniciativa. No los críen de tal manera que se tornen totalmente frustrados, decaídos, amargados, hostiles, holgazanes, pesimistas, negativos, temerosos, miedosos, inseguros, rebeldes, resentidos, impíos y descarriados».
Hasta aquí el comentario del libro.
Nos podemos dar cuenta que las implicaciones de la advertencia del apóstol Pablo a los padres, nos deja un buen tema de reflexión sobre aquello de no provocar a ira a nuestros hijos. Asunto que la mayoría de los padres no toman muy en cuenta.
Responsabilidad y privilegio
Los padres responsables anhelan cumplir el mandato dado por Dios en Ef. 6.4. Los padres responsables, se preocuparán por cumplir el mandato divino sobre la crianza de los hijos. Los padres responsables asumirán la tarea que compete solo a ellos, sin esperar que alguien más se haga cargo de la crianza de sus hijos. ¡Qué privilegio nos ha dado Dios!
No hay comentarios:
Publicar un comentario