La muerte
“ … el tiempo de mi partida ha llegado. He peleado la buena batalla; he acabado la carrera; he guardado la fe” (2 Ti.4:6,7).
¿Quién puede decir eso con toda propiedad? Con la entereza de poder resumir la vida, su propia vida, con tal objetividad…
Las tales palabras, «… el tiempo de mi partida ha llegado», conforman una actitud que viene a manera de proemio ante la inminencia de su propia muerte. Pablo, aquí resume de manera importante el por qué y el para qué de su vida. En base a su propia experiencia, nos revela que hay un propósito en cada uno de nosotros como parte del plan de Dios en el cumplimiento del tiempo que nos ha otorgado con límites finitos y para nuestra realización, mientras tengamos vida aquí en la tierra.
La vida
El tiempo que Dios nos ha prestado se llama: vida. Cabe preguntarnos, ¿Cómo la estamos viviendo? ¿Qué logros hemos obtenido, o hacia dónde nos dirigimos? ¿Le hemos hallado sentido a la vida? ¿Cuál es el propósito de nuestra vida?
Confrontarse con el final de la vida no es algo que se pueda recibir de manera agradable. Sin embargo si no morimos no veremos al Señor cara a cara, si no morimos cómo hemos de disfrutar la verdadera vida; la vida eterna que Dios nos ha otorgado por ser sus hijos. Y ya que hemos de morir, pues “… está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio" (Hebreos 9:27), bien haríamos en prepararnos para el evento final de nuestra vida, completando así el ciclo inevitable de la vida que nadie puede parar.
Tanatología
En palabras del Dr. Luis Alfonso Reyes Zubiría: "El objetivo de la Tanatología es ayudar al enfermo terminal y a sus familiares a tener una mejor calidad de vida y a prepararlos para vivir la muerte con plena dignidad, total aceptación y verdadera paz". Por ello la importancia de la labor del consejero como apoyo espiritual que sirva de soporte para los tiempos difíciles que enfrenta tanto el enfermo terminal como su familia.
Aceptar que la muerte es parte de la vida nos prepara el camino hacia “lo desconocido”, eso que llena de temores a quienes no se han tomado tiempo para reflexionar que todo tiene su tiempo debajo del sol… tiempo de nacer, y tiempo de morir (Eclesiastés 3:2).
El Pastor- consejero ha de realizar mejor su función como guía espiritual al tener conocimiento de todos aquellos eventos que van formando parte de la experiencia al final del proceso de la vida.
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JESUS ES LA LUZ A TODO PROBLEMA DESDE SIEMPRE, LA GUIA, LA SANIDAD, LA COMPASION, EL UNICO QUE SE INTERESA POR NUESTRAS VIDAS INTERIORMENTE Y EXTERIORMENTE; EL NO HA CAMBIADO HASTA HOY ES EL UNICO CAMINO LA LUZ QUE ALUMBRA A TODO SER HUMANO.
ResponderEliminarPERSPECTIVA MEDICA DE LA CONSEJERIA UTM. NARAI SANTOS VIVEROS