jueves, 29 de diciembre de 2011

LA CONSEJERÍA Y LAS RELACIONES

La clave es la comunicación 

La figura del padre es tan importante en la familia pues es quien representa en todos los aspectos la seguridad de sentirse integrado a un núcleo familiar. Más allá de eso, tanto para el hijo como para la hija es requerida la figura paterna para afirmar la personalidad de cada uno con respecto a su género. 

La figura paterna es decisiva en todos los aspectos de la vida. Cuando el padre está presente los hijos se sienten seguros, protegidos, amados, aceptados. Así, se aprende a vivir en una relación que se enriquece al paso de los días y a través de los años. 

Las buenas relaciones familiares se logran a través de la comunicación continua, permanente, y positiva (asertiva) en tanto enriquece y afirma los lazos afectivos entre los miembros de una familia. Esta, la comunicación, es el punto clave para vivir en armonía los unos con los otros. 

La comunicación nos permite tener la seguridad de que hay alguien a quien acudir, en quien confiar cuando los momentos de crisis se nos hacen presentes y necesitamos que nos escuchen. A su vez, necesitamos escuchar las palabras de aliento, de motivación, que nos impulsen a seguir adelante sorteando el desafío. 

Les comparto una parte de un artículo acerca de las relaciones familiares… 

“Ocho de cada diez personas de los países más pobres de la Tierra señalan que son felices y que esto se debe especialmente a los fuertes lazos afectivos que les unen a sus familiares, según un estudio realizado en Bangladesh por un equipo de investigación británico. En los países occidentales, parece que valoramos mucho el logro de nuestros objetivos personales y profesionales para poder sentirnos felices. Sin embargo, este estudio señala que en Bangladesh y otras zonas del sudeste asiático el origen de la felicidad para las personas está en otra causa: la calidad de sus relaciones personales.” 
 (Fuente: http://www.tendencias21.net/Las-buenas-relaciones-familiares-y-sociales-principal-causa-de-la-felicidad_a936.html).

Se requiere responsabilidad en el ejercicio de los roles de cada uno de los miembros para lograr que las relaciones familiares se desarrollen y fortalezcan. 

Pongamos cada quien nuestra parte!

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jueves, 22 de diciembre de 2011

CONSEJERÍA A LA FAMILIA

Familias que practiquen la fe

Cuando Dios concibió la primera familia la concibió a la luz de la fe. La fe, por encima de los demás valores espirituales se eleva gradualmente hasta hacerse notar como lo más valioso que Dios nos ha otorgado, y es que “… sin fe es imposible agradar a Dios, pues es necesario que el que se acerque a Dios crea que le hay…” (Hebreos 11.6). 

En otras palabras, si no tenemos fe en Dios no podemos tener comunión con El. Se necesita fe para agradar a Dios, y ese “agradar” incluye tantas cosas: obedecerle, servirle, buscarle, alabarle, imitarle, escucharle, aceptarle, proclamarle, recibirle, amarle, anhelarle, seguirle, adorarle. 

Desde otra perspectiva, también se necesita fe para presentarse delante de él, para confiar en él, para sufrir por él, para poner la otra mejilla, para devolver bien con mal, para no juzgar, para amar, para recibir no solo el bien sino también el mal (Job 2.10). 

 La fe está en todo, por todo y para todo,por ello es tan condicionante en los asuntos de Dios. Si enfocamos la práctica de la fe en los asuntos cotidianos lo más cercano que tenemos a la mano es la relación familiar. 

Hemos de esperar, entonces, que la fe esté involucrada en esos íntimos asuntos familiares, donde se dan las relaciones entre esposo y esposa, entre padres e hijos, entre hermanos(as), entre los más cercanos familiares. Una vez que hemos creído en su salvación, Dios espera que la primera demostración de la fe se exprese en familia. No en balde le dijo Jesús al gadareno: “Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti” (Mr.5.19). 

 Dios concibió la primera familia para expresar la fe del Salvador, y desde el pesebre y para el mundo el cántico se ha tornado inolvidable: «¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!» (Lc.2.14). __________________________________________


viernes, 16 de diciembre de 2011

CONSEJERÍA AL HOMBRE

“… para que ellos mismos se den cuenta de que son…” Ec.3.18 

 En la intrincada búsqueda de la esencia humana, el Sabio pudo encontrar la verdad de las cosas. Lamentablemente lo que halló hace que duela más y más a medida que hurgamos en el saber de lo cotidiano, lo humano, y ante la brevedad del tiempo limitado y permisible. ¡Aun más lamentable es descubrir que Dios está probando al hombre! 

Notemos la traducción de Eclesiastés 3.16-18 según la Nueva Versión Internacional: 16 He visto algo más en esta vida: maldad donde se dictan las sentencias, y maldad donde se imparte la justicia.17 Pensé entonces: «Al justo y al malvado los juzgará Dios, pues hay un tiempo para toda obra y un lugar para toda acción.» 18 Pensé también con respecto a los *hombres: «Dios los está poniendo a prueba, para que ellos mismos se den cuenta de que son como los animales».

Comparativamente pudiéramos decir: Sin razonamiento… sin inteligencia… y por lo mismo sin capacidad de pensamiento… sin capacidad inventiva… sin capacidad de perfeccionar… por decirlo en una palabra: sin talento, y además, lo más importante: sin alma. 

 Podemos darnos cuenta de que la naturaleza humana se reviste de inmundicia en el plano de lo meramente existencial, y solo cuando se hace resurgir la imagen original es que se vuelve a dignificar la suya humanidad. Para esto se requiere del interés del hombre por el hombre (Dios ya nos ha mostrado que él se interesa por el hombre), que la búsqueda en sí mismo se active y de manera apremiante, para poder interesarse en los demás. 

Todo tiene su inicio en el ejercicio de su propia responsabilidad: “Que solo yo soy responsable, y nadie más ante la vida y por mi vida”. Tal es el punto central de la problemática existencial que plantea Viktor E. Frankl (El hombre en busca de sentido. Frankl, 1946). 

 Ah, si los hombres pudieran entender que están siendo puestos a prueba… Si pudiéramos asimilar lo que eso nos implica… Todo lo que haríamos con total certidumbre sería volver nuestra vista al Calvario, cada día, y a cada instante, resolviendo mi personal cuestionamiento ante esa cruz inmerecida para el que dio la vida… 

 Dios solo quiere que nos demos cuenta de una cosa: Todo lo hizo por restaurar nuestra naturaleza contaminada por causa de la maldad que se anida en el corazón alejado de Dios. ¿Hasta cuando se darán cuenta los hombres que Dios los ha puesto a prueba? Tarea del consejero: hacérselo saber… ________________________________________