miércoles, 7 de marzo de 2012

CONSEJERÍA: MIEDO ANTE LA MUERTE


Calidad de vida
La calidad de vida de la persona se va deteriorando a medida que se acerca a la muerte, pero se le puede ayudar a enfrentarla con dignidad hasta el momento final.

El sufrimiento en el enfermo terminal
Recordemos que la vida no tiene una sola dimensión, sino que tiene varias facetas y aspectos; se desarrolla física, social, emocional, psicológica y espiritualmente. Así también, la persona que sufre lo hace en distintas formas en cada una de estas dimensiones. El enfermo terminal sufre por las muchas pérdidas en su vida: la pérdida de funciones corporales, la pérdida psicológica de su autonomía y su independencia, y las pérdidas sociales al no poder participar como antes en reuniones con su familia, sus amistades, en el trabajo y en otros aspectos de su vida. Ya no puede tomar decisiones por sí mismo y así debilita su autoestima y su sentido de valor personal. Siente gran dolor y sufrimiento por la falta de calidad de su vida y por la penosa realidad de que su muerte se acerca. En el sentido espiritual sufre cuando no tiene resuelto su destino en el más allá, lo desconoce y eso le atemoriza.

El enfermo terminal y la familia
En el momento final del proceso de la vida, la persona sufre no solamente por sí misma, sino que se preocupa por sus seres queridos a quienes pronto dejará. Le preocupa cómo van a reaccionar ante su muerte y después a su ausencia. Por lo tanto, en muchas ocasiones, decide no hablar con ellos en cuanto a estas cosas tan esenciales. 
Por otro lado, los miembros de la familia no quieren causar más dolor al enfermo y así no se atreven, ninguno de los dos, a hablar de la realidad e inminencia de la muerte. Piensan, también, que es mejor sufrir en silencio. Pero en esta forma todos pierden la oportunidad de ser honestos en cuanto a su dolor frente a la muerte que los va a separar.

Compartiendo el dolor
Sin duda que el dolor compartido es un dolor mucho más sano, y en realidad, no es tan agudo; al compartirlo y saber que el otro sufre igualmente, el dolor es más llevadero. Es una bendición muy grande cuando pueden acercarse abiertamente el enfermo terminal y su familia en esta etapa de la vida. Es una preparación tanto para la muerte como para enfrentar la vida después de la muerte del ser querido.

Los miedos frente a la muerte
En esta última etapa de la vida el valor y la dignidad de la persona pueden ser intensificados. Al acercarse a la muerte, al enfermo le hace falta saber que su vida es valorada, apreciada y que ha traído gozo a otros. La persona que le cuida debe comunicarle estas verdades. Al mismo tiempo debe consolarle y ayudarle a vencer los tres grandes miedos frente a la muerte: el miedo al dolor, al abandono y a la incapacidad total. Esto se logra cuando se trata a la persona con dignidad, tomando en consideración sus deseos, y siendo una presencia reconfortante y solícita.

Dignidad
El hecho de aspirar a no vernos colocados en circunstancias que inspiren lastima y compasión ante los ojos de los demás, configura una actitud frente a la vida, que se llama dignidad. Ayudar al enfermo terminal a vivir su vida a plenitud, tener paz y aspirar a tener una muerte digna, es la meta de la Tanatología.

Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
Fil.1.21

Adaptado del libro El arte del buen morir
Joyce Cope de Wyatt. Ed. Mundo Hispano. USA, 2005.

Libros recomendados:
Curso Fundamental de Tanatología. Dr. L. Alfonso Reyes Zubiría. México.1991.
Aprender de la pérdida. R. A. Neimeyer. Una guía para afrontar el duelo. Editorial Paidós, Barcelona. 2002.
Expedientes del DolorJuan Constantino. (Poesía tanatológica). Amazon. EE.UU. 2017.

No hay comentarios:

Publicar un comentario