Su impacto en el matrimonio
(Parte 1)
(Investigación de la influencia de los medios sobre
sexualidad. Marzo 2014)
La sexualidad bien enfocada,
desde la perspectiva del ser humano como un ser biopsicosocial-espiritual, así definido según la OMS, provee al
individuo un sano desarrollo como persona sin evadir sus propias
responsabilidades en el papel que desempeña en la sociedad en que se
desenvuelve. Hablamos de aquellas responsabilidades en el área de lo familiar,
laboral y social.
Acerca de la incidencia en la
influencia de una sexualidad mal asimilada, nos hemos dado cuenta de la
invasión de los medios, específicamente a través del internet, y de la
facilidad con que la información puede llegar a los adolescentes y jóvenes, y
en general a cualquier persona. Basta solo con dar un “click” para ingresar sin
mayor problema ni restricción a información escrita o visual que se presenta
libremente. Por un lado, podemos entender acera da la libertad de expresión cómo
los individuos poseen esa garantía de la libre expresión y a la vez defender de
manera contundente ese derecho; independientemente de la expresión que se dé y
sin importar el ámbito social a condición de “no lesionar los derechos del ser
humano”. Pero, por otro lado, parece que tal derecho posee límites tan amplios
que las leyes sociales no han podido contener. En cierta manera puede ser
entendible por algún conflicto de intereses como trasfondo de la tal situación,
o simplemente por indiferencia.
Pero a la misma vez que podemos darnos
cuenta de lo fácilmente accesible que puede ser la información, hemos
comprobado a través de encuestas personales en el desempeño de nuestra labor
como educadores, que la mayoría de las personas no se informan. No tienen la
iniciativa de informarse por cualquiera de los medios de difusión acerca del
tema (sexualidad responsable). La gran mayoría de la población, con seguridad
podemos decirlo, no posee la cultura de la lectura, mucho menos la disciplina
de investigar para adquirir el conocimiento. En realidad son pocos aquellos que
se preocupan por estar bien informados. Y no me refiero tan solo a la
información popular a través de la televisión o la radio, la cual también mayormente
su programación va enfocada a proyectar ideas que tienden a desinformar, pero me
refiero también a la información como autodisciplina a través de libros,
periódicos, conferencias, cursos educativos, etc. La información que transmite
y comunica buenas ideas y pensamientos que ayuden a elevar el nivel humano,
social y espiritual de las personas hace mucha falta. No hay tantos educadores
como se requieren.
En investigaciones anteriores (Sexualidad en adolescentes, riesgo para VIH/SIDA:
¿Problema ético o moral? http://www.monografias.com) hemos comprobado la gran
falta de información entre el grupo de adolescentes y jóvenes con respecto al
desarrollo de su sexualidad. Esto, sin temor a equivocarnos, sucede en todos
los países de Latinoamérica. Hay una queja constante de los estudiosos del
tema, primero la falta de la inculcación de los valores morales y espirituales
y la falta del compromiso tanto de los padres de familia como del gobierno en
presentar estrategias que permitan superar la tal desinformación.
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