Adaptado del libro "Cómo recuperarse de las pérdidas de la vida", de H. Norman Wright/ (Primera de dos partes).
Cómo recuperarse de las pérdidas de la vida
El daño emocional
Las pérdidas significativas nos acompañan a lo largo de nuestra vida y el dolor que experimentamos nos marca para siempre. Pero, como dice H. Norman Wright ("Cómo recuperarse de las pérdidas de la vida"), no siempre estamos conscientes de esas pérdidas. Consideremos que esas experiencias son las más difíciles de superar por el daño emocional que involucra el pasar por ellas.
El rechazo en la infancia
Al pasar experiencias de dolor de pérdida en los años de infancia, se tiene la idea de porque se es niño se está menos vulnerable al dolor de las pérdida. Cuando en realidad es todo lo contrario, pues los niños son afectados en sus primeros años de vida y las consecuencias se reflejan en los años de adulto. Se torna tan difícil su situación por la predisposición a la depresión en esos años posteriores. Ya que, "los niños no tienen los mecanismos de soportar y de defensa que tienen los adultos". Sobre todo en el caso del rechazo, la cual es una pérdida muy difícil de manejar en los niños.
Creciendo a través de las pérdidas
Es muy importante la manera en que debemos tratar las pérdidas. Esto debe de hacerse aislando cada pérdida y no tratar de "componer" nuestras pérdidas, sino separarlas y resolver la situación que nos embarga. Ante ese panorama la vida es una mezcla de pérdidas y ganancias, pérdida y adquisición. Al analizar las etapas de desarrollo nos vamos dando cuenta de que crecemos luego de una pérdida y así, cada vez, vamos avanzando en la vida.
La madurez como personas
Todo cambio circunstancial que nos llega a provocar inquietud, desasosiego y molestia en nuestra vida produce pérdidas. Algunas pérdidas son evidentes, otras no tan obvias y no las identificamos como tales, así que no les dedicamos tiempo. Desde una perspectiva positiva nuestra vida se va formando en madurez luego de cada pérdida que enfrentamos.
La vejez
- Son pérdidas, aquellas que tienen que ver con el proceso de envejecer, o lo que tiene que ver con el mercado laboral, o tal vez el no lograr un aumento, o estar en un trabajo no deseado.
- También se hacen manifiestas las pérdidas físicas, el deterioro biológico; vemos que físicamente somos más vulnerables.
- Con el envejecimiento nos enfrentamos a más perdidas, por ejemplo perder amigos o familiares.
- Después de la vida media se nos acumulan las pérdidas y estas nos llegan con más frecuencia.
La ganancia del envejecimiento
Ante todas las situaciones de pérdidas debemos poder tener la decisión de enfrentarlas y así lograr transformarlas en ganancias. Daniel B. Kaplan de la Universidad Adelphi en Nueva York, dice que "... los adultos mayores son más felices y están menos estresados que los adultos jóvenes y de mediana edad". Acerca de la ganancia del envejecimiento, el punto central es resignificar la vejez ya sea para el beneficio propio o colectivo. Lo primero es la aceptación de la vejez, para llegar a entender que existen otras posibilidades de seguir creciendo como personas. (vejezcreativa.com)
Oportunidad de crecimiento
Al respecto, en ese proceso de envejecimiento, nos dice R. Scott Sullender: "... la pérdida de salud en los últimos años de vida, puede ser la oportunidad de crecer hacia un nivel aun más grande de madurez espiritual".
La vejez y la espiritualidad
A finales del siglo XX la comunidad científica retoma el enfoque de la espiritualidad, una importante dimensión humana, como parte de las misiones originales de la psicología. En una encuesta, el 76% de los entrevistados declaró que su fe se había vuelto más significativa ahora que rebasaban los 60 años. (https://www.sciencedirect.com/)
Asimilarlo de esta manera nos prepara para enfrentar esas pérdidas que son tan vitales.
Sabiduría
Eclesiastés 12:1-8
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