(Segunda de dos partes).
El alcance de la pérdida
- Es importante tener la perspectiva correcta de lo que implica una pérdida.
- En ocasiones, la persona no considera el alcance de su pérdida y de las pérdidas menores que vienen por consecuencia.
Ante una pérdida, todas las dimensiones de la persona se ven afectadas:
- dimensión física
- emocional
- cognitiva
- conductual
- social y
- espiritual).
Pérdidas físicas y simbólicas
En su libro "Cómo recuperarse de las pérdidas de la vida", H. Norman Wright, pone como ejemplo, el caso de una persona a la que se le ha diagnosticado cáncer y lo que conlleva al enfrentar pérdidas físicas y pérdidas simbólicas (involucradas); la lista es larga...
Una persona a la que se le ha diagnosticado cáncer, involucra:
- Pérdida del entorno del hogar familiar, al permanecer en un hospital
- Pérdida de la independencia, el depender de los demás
- Pérdida de control, al que está confinado a una cama
- Pérdida de la autonomía
- Pérdida de las funciones corporales
- Pérdida de partes del cuerpo
- Pérdida del placer
- Pérdida de identidad
- Pérdida de intimidad
- Pérdida de esperanza
- Pérdida de trabajo
- Pérdida de pasatiempos
- Pérdida de interacción o contactos sociales
- Pérdida del amor propio
- Pérdida, posible, de la movilidad
- Cuando pasamos por este tipo de experiencias tenemos que enfrentar también el dolor que estas nos causan. Pero no debemos olvidar que Dios entiende nuestro dolor.
- Nuestra parte es enfrentar la pena y hacer los cambios necesarios para que podamos vivir con la pérdida. Esto es, reconocer y comprender la pérdida. De tal manera que podamos reflejar esos cambios debido a la pérdida.
- Y entonces continuar la vida funcional sin lo que fue aquello que perdimos (una relación, un familiar, un empleo, etc.).
- Es vital contar con el apoyo, consuelo y ayuda de otras personas durante la pérdida.
- Debe evitarse el aislamiento, porque este puede ser fatal.
- Existen mecanismos de defensa frente al dolor: la negación, la racionalización, la idealización, la reacción, y la regresión.
- El tiempo normal para la recuperación de la pérdida es de 12 a 18 meses, aunque durante ese periodo hay altas y bajas en cuanto a la intensidad del dolor.
- Hacerles ver esto a las personas que sufren una pérdida les puede alentar a superar poco a poco la pena y el dolor.
Adaptarnos a la pérdida
- Luego, viene la etapa en que debemos adaptarnos a la separación y al vacío dejado por la pérdida y aprender a funcionar con esa pérdida.
- Ayuda al respecto, el ser realistas en cuanto a la pérdida, y analizar las cosas positivas y las negativas para enfrentar la vida con nuevas expectativas.
- Es necesario el adiós cuando pasamos por una pérdida.
- Enfrentar el funeral es una forma de reconocimiento de que una persona ha partido.
- Otro caso puede ser cuando una persona pierde un trabajo y acude al antiguo lugar donde laboraba para decir adiós al edificio.
- O un ex adicto cuando escribe una carta de despedida a las drogas, etc.
(Adaptado del libro "Como recuperarse de las pérdidas de la vida", de H. Norman Wright. Editorial Portavoz. USA, 2005.)
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