lunes, 23 de abril de 2012

CONSEJERÍA ANTE LA ENFERMEDAD Y MUERTE







Ante el morir: temor o ignorancia
Es raro, pero hay gente que no sabe nada acerca de la muerte, nunca lo hubiera pensado. En cierta ocasión, una persona comentó que su padre tenía cinco años de haber muerto, y aun después de ese tiempo, todavía no se sentía capaz de superarlo. Al preguntarle si acaso le habían hablado acerca de la muerte en su infancia, dijo que nunca nadie le había dicho nada sobre el tema. 

Un proceso
Por otro lado, algunas personas evitan hablar de la muerte y cuando se toca el tema inmediatamente tratan de cambiar el giro de la conversación; se sienten intimidados, temerosos, vulnerables. Pero, lo admitamos o no, la muerte forma parte del proceso al final de la vida.

Enfermedad y muerte
Pensemos  lo siguiente: si no nos enfermáramos entonces ¿de qué moriríamos? Aunque hay gente que vive muchos años sin padecer una enfermedad que le lleve a la muerte. Igual la gente se muere por accidentes, o de maneras raras que no alcanzamos a entender, lo cierto es que la gran mayoría muere como resultado de una enfermedad.

Si no muriéramos, estaría la tierra poblada de gente con muy avanzada edad, que esta vida sería un caos y no querríamos vivir en tal situación en este planeta. ¡Imaginemos la vida sin muerte!

Derecho primario y fundamental
Con respecto a la muerte, consideremos las siguientes palabras:
El objetivo principal de la Tanatología es ayudar al hombre en aquello a lo que tiene como derecho primario y fundamental: a morir con dignidad, plena aceptación y total paz; por lo que también es el ayudar a los familiares del enfermo terminal a que vivan plenamente y se preparen a la muerte del ser querido; y a quienes ya la sufren a que elaboren su duelo en el menor tiempo y con el menor dolor posibles. (Dr. Alfonso Reyes Zubiría)



Libros recomendados:
Curso Fundamental de Tanatología. Dr. L. Alfonso Reyes Zubiría. México.1991.
El arte del buen morir. Joyce Cope de Wyatt. Ed. Mundo Hispano. EE. UU. 2005.
Aprender de la pérdida. R. A. Neimeyer. Una guía para afrontar el duelo. Editorial Paidós, Barcelona. 2002.
Expedientes del DolorJuan Constantino. (Poesía tanatológica). Amazon. EE.UU. 2017.
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jueves, 12 de abril de 2012

LA CONSEJERÍA Y EL PERDÓN

El hombre y sus conflictos es la historia de una humanidad caída. 

En el razonamiento de Pablo queda muy claro la batalla de todo hombre: “Mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi espíritu, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros” (Ro.7.23). Es el conflicto permanente, y es la necesidad permanente de sofocar la angustia de pecar. Que no hay paz en el corazón del hombre en tanto vaya en busca del perdón divino. 

Perdón, palabra sanadora. 

Es el perdón el acto que ha de redimir las conciencias caídas. Se requiere el perdón para la eficacia de la consejería. No hay avance si no se experimenta el perdón. El perdón del sí mismo, el perdón de mi próximo, el perdón entre dos; el perdón que haga caer los obstáculos que impiden la sanidad interior, la redención, el avance en la resolución del conflicto, cualquiera que este sea. 

No en vano fue el perdón la prueba máxima del Redentor para librarnos del conflicto existencial (¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy?) que conlleva a la muerte espiritual. Sin Dios hay muerte eterna, sin Dios no hay esperanza, sin Dios la vida no tiene sentido. 

¿Cómo iniciar el proceso de la consejería? 

Ante todo se necesita la voluntad de querer resolver el conflicto, esa decisión para confrontar el problema, asumir la propia responsabilidad y tomar el compromiso de avanzar paso a paso en el proceso de la sanidad. 

Al tomar conciencia de la tarea a realizar, el aconsejado podrá avanzar en su propia solución si parte del correspondiente reconocimiento de ser parte involucrada en el conflicto, aceptando su error, o pecado, y deseando corregir la falta. 

No puede haber sanidad si no hay perdón. No puede haber solución si no hay compromiso. 

En ese proceso de sanidad el consejero participa como guía en la solución del conflicto acompañando al aconsejado paso a paso, alentando el avance, enfrentando los altibajos, sugiriendo acciones que permitan reaccionar ante el problema. 

En todo esto, permitiendo que actúe el Espíritu Santo, limpiando las conciencias, dando directrices, alentando en la prueba y fortaleciendo para avanzar con esperanza.

 ________________________________________ Bibliografía recomendada: Consejería Bíblica. John MacArthur. Ed. Grupo Nelson. USA.