La construcción de la personalidad del niño debiera ser el desafío para la evaluación de los padres en el desempeño de las tareas o responsabilidades hacia los hijos. Ya hemos visto la gran importancia que tienen los padres al participar de manera continua y directa al instruir al niño (o prepararlo para la vida, según el consejo sabio: Instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de el. Proverbios 22:6), también al demostrar de manera espontanea y permanente el cariño hacia los hijos, y al fomentar de manera continua los hábitos saludables para un buen desarrollo de la personalidad.
Educación
En el caso de la educación, no podemos negar la importancia que conlleva su consideración debido a los efectos tan evidentes en la construcción del comportamiento humano. Sin embargo, debemos siempre enfatizar los efectos socio-culturales del factor educativo en la formación de los individuos. La educación, como factor fundamental en la construcción del comportamiento, es de tal importancia que de ello depende el progreso personal, familiar y social. Educación y progreso siempre van de la mano. El consejo bíblico resume de manera tan directa la necesidad de conocimiento: «Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento» (Os.4.6). La Biblia de las Américas (1997).
Autodisciplina
La definición de nuestro comportamiento viene dada, también, de acuerdo al desarrollo de una autodisciplina. Ser disciplinado o no serlo es un rasgo evidente en nuestra personalidad.
La autodisciplina se hace palpable por el apego a nuestras convicciones, al ejercitar positivamente y por iniciativa personal lo que con anterioridad ya se ha aprendido durante el desarrollo personal. La autodisciplina se reflejará también, en la conducta laboral, en el hogar, en nuestras relaciones, y en el cumplimiento de nuestras responsabilidades en el entorno donde ya como adultos nos desenvolvemos.
La autodisciplina define el carácter de la persona; dice mucho acerca de su formación, de su educación, de sus experiencias. Así mismo refleja su formación familiar, podemos saber cómo es el ambiente en su hogar y, por supuesto, identifica de manera tan palpable el grado de responsabilidad de la persona ante las tareas a desarrollar en el ambiente donde se desenvuelve (escuela, trabajo, amistades).
Hoy, por cierto, son muchos los distractores que impiden a cualquier persona el aprender y mostrar autodisciplina.