domingo, 21 de marzo de 2021

CONSEJERÍA ANTE LAS DIFICULTADES DE LA VIDA

 CANSADOS PERO ALEGRES








Cuando estamos inmersos en dificultades, la vida continúa, y su ciclo no se detiene. Lo cierto es que cuando estamos en problemas, quisiéramos volar y traspasar los días, apresurar el tiempo para dejar atrás la ocasión que nos aflige. Pero, el día sigue teniendo veinticuatro horas que tenemos que pasar, no se pueden esfumar como un relámpago. Ante el panorama desalentador de nuestros días, y a pesar de todo tenemos que continuar; ese es el desafío.

Persistentes en la carrera

No nos debe parecer algo sobresaliente, el seguir adelante. Sobre todo si reconocemos que por generaciones eso ha sido el devenir de la humanidad. Lo que si tenemos que pensar, y pensar bien, es en cobrar fuerzas, levantarnos y avanzar. Estoy seguro que, al igual que a mí, en tu personal historia familiar, aquellos que te antecedieron pasaron por situaciones adversas. Algunas de ellas tuvieron solución, pero otras, quizás, requirieron más esfuerzo para lograr vencerlas. Nosotros también hemos pasado por adversidades, y entre pérdidas y ganancias la vida nos ha enseñado que todo tiene su tiempo (Eclesiastés 3). Hoy, esas experiencias, se han convertido en lecciones que nos alientan a seguir persistentes en la carrera de la vida.

El cansancio

Ruth Haley Barton define el “cansancio peligroso” cuando los seres humanos manifestamos: irritabilidad/hipersensibilidad, desasosiego, trabajo compulsivo, insensibilidad emocional, comportamiento escapista, o descuido en nuestras tareas. Desde esa perspectiva, el cansancio nos limita para cumplir nuestras responsabilidades, descuidamos las cosas más importantes y nos sentimos abrumados, sin poder avanzar. El cansancio puede producir en nosotros un profundo desaliento, cuando nuestro entorno nos hace sentirnos impotentes para enfrentar las incertidumbres o injusticias de la vida.

Hoy, nuestro pensamiento debe estar centrado en avanzar, a pesar del cansancio físico, mental o espiritual. Avanzar día a día, aun si estamos agobiados y sentimos que el problema sobrepasa nuestro esfuerzo. Aprovechemos las veinticuatro horas del día para hacer aquello que beneficie a los seres que amamos. Hagamos la tarea, realicemos nuestro trabajo con alegría aunque nos cansemos, que luego vendrá la recompensa. Tracemos planes, evaluemos, actuemos, vivamos, compartamos, aprendamos a vivir una nueva vida. ¿Por qué no? Hay que vencer el cansancio y el miedo para poder seguir adelante.

El profeta de la esperanza, nos alienta: “Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque Yo soy tu Dios. Te fortaleceré, y te ayudare; te sostendré con mi diestra victoriosa” (Isaías. 41:10).