sábado, 12 de junio de 2021

CONSEJERÍA PARA PADRES


El plan original

La vida ha de tener sentido solo, y solamente, cuando hemos disfrutado de la construcción de nuestra personal trascendencia al lado de aquellos que hemos engendrado: nuestros hijos.

En efecto, el verdadero significado de la vida tiene mucho que ver no solo con la construcción del mí mismo, los planes, proyectos, y las metas por alcanzar; pero también, con el importantísimo hecho de poder disfrutar nuestra realización como padres. Si no, ¿qué sentido tiene la vida? Dicha premisa de la vida viene señalada, trazada y ordenada desde nuestros orígenes.

El plan original de Dios incluía el regalo de la paternidad. Aunque no todos los hombres lo han podido comprender desde esa perspectiva:

“Y los bendijo Dios y les dijo: fructificad y multiplicaos, llenad la tierra y sojuzgadla…”        (Gn. 1:28)

Paternidad devaluada

En todo lo que la vida implica –aun con sus logros, esfuerzos, alegría y sufrimiento- lo mejor que le puede pasar al hombre es conocer la experiencia de ser padre.

¿Cómo explicar la alegría, esa gran alegría, cuando por vez primera pudimos sentir sus pequeños dedos sujetando con tal fuerza los nuestros? La experiencia es inolvidable. Desde ese momento se nos hizo patente la responsabilidad de tomar esas delicadas manos y, atesorando la pequeña vida de nuestro hijo(a), pusimos sumo cuidado en ayudarle a afirmar sus tambaleantes pasos.

Hoy, la paternidad significa menos que ayer, se ha devaluado. Se huye de la responsabilidad que conlleva el ser padre. No hay presencia, hay ausencia. No hay valentía, se huye por cobardía. Y se pierde la más preciada y singular experiencia de la vida: la bendición de ser padre.

El rol de padre y madre

Y es que es cierto, se requiere valor para enfrentar el hecho de ser padre. Hay que aprender, investigar y actuar para expresar el amor que nos demanda formar una familia; tarea que complementa la mujer como madre. Por un lado, el padre es la ventana al mundo, el que ilustra a los hijos, y quien con sus palabras y acciones afirma la personalidad del hijo –como varón-, y de la hija –como mujer-. 

Por otro lado, la madre es la demostradora del afecto. La madre es una guía para sus hijos, les ayuda a ser independientes y les transmite el amor y respeto. Es la “aliada natural” de los hijos, y su confidente. 

Ambos, padre y madre  comprometidos en esa gran tarea de construir una familia sana, se involucran con responsabilidad para crear estabilidad y confianza en sus hijos. A la vez, creando las oportunidades para fomentar los valores y una sana autoestima por medio de una comunicación asertiva. (potenciar-rol-padre-madre.com)

Sabiduría

Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino más bien edúquenlos con la disciplina y la instrucción que quiere el Señor.                          San Pablo (Ef. 6.4)