lunes, 11 de octubre de 2010

EL MAESTRO COMO CONSEJERO

  • Dejando huella en sus alumnos
  • Al culminar un taller de Pedagogía con un grupo de pastores y educadores, alumnos todos de la Licenciatura en Teología Pastoral, compartía con ellos el hecho de considerar al maestro también en su función como consejero. La pregunta que invitaba a la reflexión fue: «¿Quién no ha sido marcado por la enseñanza de un maestro(a)?»
Siendo sinceros, todos aquellos que estamos inmersos en el quehacer del proceso enseñanza-aprendizaje hemos sido influenciados en nuestro desempeño docente por la huella de un maestro, que por sus lecciones, sus palabras, o su propia vida nos ha marcado la propia. Por ello, y debido a la trascendencia de esta vocación, el maestro ha de esmerarse en su tarea.


Llega el momento, en esa relación maestro-alumno, que el docente se transforma en el consejero a quien el alumno acude esperando encontrar la palabra adecuada, el consejo apropiado, alguna indicación oportuna para resolver tal o cual situación de conflicto, de crisis, o de duda. Situación que se da cuando con el paso del tiempo tanto alumnos como maestro participan como grupo en una interrelación que va más allá de compartir meramente el espacio de un aula.

La valiosa paga o recompensa de la tarea que desarrolla el docente responsable y preocupado por ser eficiente en el aula, es la sola delicia de ser parte de la experiencia del proceso enseñanza-aprendizaje que pueda marcar la vida de su alumno impactando positivamente el rumbo de su vida.



Libro recomendado:

Enseñando para cambiar vidas
Howard Hendricks

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